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Iglesia expulsó a un miembro acusado de grooming: «Estamos ante un delito penal»

Así lo informó la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera del partido bonaerense de Azul tras el caso de un miembro de la congregación que está siendo investigado por grooming luego de pedirle fotos y videos en ropa interior y desnuda a nena de 13 años. A través de un comunicado, el pastor Pablo Sabatini se expresó respecto a un caso que tuvo repercusión en toda la ciudad.

«Ante los sucesos de público conocimiento, existiendo una investigación penal en la que fuera denunciado un miembro de nuestra comunidad… y considerando los estatutos de nuestra organización, particularmente al Articulo 93 inciso 3, donde expresa que un miembro puede ser dado de baja por la Junta Directiva Local que presido por ‘atentar contra las normas morales y/o espirituales dadas en La Palabra’ (1 Corintios 5:1-12), se ha resuelto la expulsión inmediata de nuestra comunidad de fe«, señala el documento sobre el grave hecho investigado por la UFI 22 de los Tribunales de Azul a cargo del fiscal Lucas Moyano.

Sabatini dejó constancia de que desde el primer día de conocerse los hechos se comunicaron personalmente con la familia de la menor «y nos pusimos a su disposición en lo que respecta a brindar contención y ayuda espiritual».  También aclaró el acusado «no era pastor de nuestra comunidad, como en algunas redes sociales se publicara, sino que era un miembro regular».

«Dejamos en claro que creemos en la restauración, precedida por un verdadero arrepentimiento. Pero en esta ocasión no estamos ante un pecado moral únicamente, sino también ante un delito penal. Un delito que consideramos muy grave como es el grooming, que atenta directamente contra la integridad de los niños«, subrayaron desde la iglesia que se encuentra en el municipio de Azul hace más de 122 años.

En el escrito enviado a los medios locales Sabatini sostuvo que «siempre estuvimos, estamos y estaremos del lado del más vulnerable. Por eso, somos y seremos inflexibles ante conductas que la Palabra de Dios condena. Y seguiremos sosteniendo no sólo el testimonio sino la tarea de contención y acompañando a quienes más sufren. Estamos convencidos que la justicia de Dios no es la única que debe actuar en este caso, sino que esperamos que la justicia en la tierra haga su parte».

La policía allanó una imprenta ubicada en calle San Martín 212 donde trabajaba el hombre de 46 años y secuestró computadoras, teléfonos celulares y demás elementos informáticos que ahora deberán ser analizados.

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