Sociedad

Misiones: Hogar de niños cristiano se enfrenta a desafíos durante la cuarentena

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Estos 45 días de cuarentena cambiaron la rutina de casi todos los argentinos y los hogares de niños convivenciales no fueron la excepción. Allí, también los chicos siguen conectados con sus maestros, aprendiendo, haciendo deberes y lidiando con las tareas junto a sus tutores, colaborando con las tareas de la casa y jugando.

Aunque con cambios la realidad sigue su curso e incluso, en el Hogar Hasse de Leandro N. Alem, una institución residencial de acogimiento alternativo con 37 años de trayectoria, comenzaron esta semana por teleconferencia el proceso de vinculación entre un adolescente y el adulto aspirante a adoptarlo.

Según contó su directora desde hace cuatro años, Alicia Clark, esta institución nació producto de un hecho trágico, “un matrimonio perdió a su hijo, dejando a una madre y un padre con los brazos vacíos, y en ese momento decidieron ayudar a aquellos niños que no tenían padres”. Desde sus inicios, la organización y funcionamiento dependen de una Asociación compuesta por integrantes de Iglesias Evangélicas Bautistas de Misiones.

Con este objetivo, el hogar se conformó como una organización sólida que aborda la problemática de los niños, niñas y adolescentes institucionalizados de manera interdisciplinar (con un equipo propio conformado por profesionales de distintas áreas) y en conjunto con el Estado.

Nueve hectáreas,laguna, pileta y canchas

En el hogar actualmente viven 35 niñas, niños y adolescentes, desde 1 año hasta 16 años. Dentro de un predio de 9 hectáreas, con casas y sectores de usos comunes como un salón de usos múltiples, consultorios para los profesionales que trabajan en el hogar, canchas de fútbol, básquet, vóley, una pileta, huerta, sector para animales de granja y una laguna.

Este tipo de conformación de institución residencial de acogimiento alternativo se denomina de tipo casa o aldea, y prioriza la sociabilidad o vínculo de los que habitan en el mismo emulando un barrio o comunidad.

Según contó Clark, el predio está organizado en casas, “por ende, tenemos diferentes familias en cada una. En este momento, funcionan 3 casas. Cada una tiene su impronta particular, a raíz de las cuidadoras que viven allí con los niños.

Lo ideal para nosotros es que haya un matrimonio en la casa. Actualmente tenemos 2 casas con matrimonios y 1 casa con una señora de La Plata, vino a colaborar por unos meses. Una de las grandes cuestiones a trabajar es dar con las personas que consideramos indicadas para desarrollar la labor”.

Cuidadoras debieron quedarse

Según contó la directora del hogar, debido a la cuarentena “las voluntarias quedaron ‘varadas’ con nosotros. Son de distintos lugares, una es de Rosario, una de Buenos Aires y una chica de Carmen del Paraná (Paraguay). Cada año recibimos también voluntarias de Alemania, que este año debieron regresar antes de completar su tiempo de colaboración, debido a la pandemia.

Cerrados a las visitas

Según precisó Clark, “tenemos un equipo interdisciplinario para dar una atención integral en lo posible. Contamos con psicopedagoga, psicóloga, nutricionista, trabajadora social, pediatra y abogado.

En este momento, por la cuarentena, aquellos profesionales que pueden hacer su labor vía telefónica o por la web cumplen sin falta y coordinamos las visitas que sean imprescindibles”. Señaló que además de los profesionales y los cuidadores, tienen personal de mantenimiento del predio, los espacios comunes como el playón deportivo y la pileta, y de las casas.

A su vez, junto a los niños, colaboran en el cuidado de la huerta y los animales de granja (“hemos incorporado hace poco gallinas, gallos, cerdos, ovejas y un caballo”). Una tarea especial para ellos porque ven cómo se trabaja la tierra.

Antes de la cuarentena, la institución tenía talleres para los niños con la colaboración de la comunidad, “en épocas normales realizamos conjuntamente talleres de carpintería, de huerta, de poda de las plantas, de herrería, de costura para los niños, niñas y adolescentes que viven en el hogar. Actualmente, hacemos solamente talleres internos como el de cocina.

Todo lo que organizamos en actividades para niños, hoy, es con nuestro equipo porque los portones están cerrados a las visitas”, confirmó.

Un solo ingreso

Desde que inició la cuarentena, el Hogar Hasse recibió un nuevo niño y no registró ningún egreso. No obstante, según confirmó su directora, esta semana comenzaron “mediante los medios digitales (videollamadas), el proceso de vinculación de uno de nuestros adolescentes con su pretenso adoptando”.

La cápita se destina al menú de los niños

La directora del Hogar Hasse, Alicia Clark, indicó que destinan el dinero de la Cápita Universal por Niño al menú, “la diferencia es que ahora podemos armar un menú en base a las necesidades de cada niño y no de los recursos disponibles.

También se utiliza cuando los niños cumplen años, salimos de compra y compramos ropa y zapatos nuevos, para los viajes de estudio de la escuela, para la recreación y algún medicamento que no podemos conseguir a través de Salud Pública”, contó.

Clark se refirió también al insuficiente personal, “es una cuestión que se viene repitiendo de siempre, nos cuesta mucho conseguir personas para realizar la tarea.

A veces, vienen con las mejores intenciones, pero cuando llega el momento del trabajo se topan con la realidad y es complicado estar 24 horas al frente de una casa con 12 niños de diferentes edades”, fundamentó.

Clases virtuales

El monitoreo de la realización de las tareas y actividades escolares de los niños es una de las principales responsabilidades del equipo de Haase.

Consultada sobre cómo sobrellevan la implementación de las aulas virtuales los chicos, Clark aseguró que “estamos bien con ese tema, porque tenemos internet y las computadoras que recibimos el año pasado desde Defensoría de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes”.

Según contó, los martes y los jueves, se designó un horario por la tarde para que todos copien las consignas propuestas desde la escuela, y las realicen cada uno en su casa.

“Nosotros propusimos un horario de consulta presencial, de lunes a viernes de 11 a 12 de la mañana, con una profesora voluntaria, para luego presentar sus actividades vía online. Los más chiquitos, por su parte, reciben las videollamadas de sus maestras directamente con las cuidadoras. Generalmente, en estos casos se imprimen las tareas y las realizan con una voluntaria”, finalizó la directora.

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